Las bibliotecas, un recurso imprescindible si quieres escribir

 

Todos hemos visto alguna película o leído algún libro en el que un biblitecario enterrado en montañas de libros antiguos asomaba la cabeza entre ellos para lanzar una mirada furtiva a un joven que, despistado encontraba refugio en su biblioteca.

Seguro que todos nosotros tenemos una anécdota de biblioteca. Cuando yo era adolescente pasaba el verano enclaustrada de forma volutaria en una pequeña casa de campo con mis abuelos. Ir a la biblioteca a reponer libros para la semana era ilusionante y aterrador. La bibliotecaria era una señora que escuchaba la lotería en la radio. Quizás ese cantar números de los niños era como un mantra que le permitía concentrarse en sus investigaciones y olvidarse de aquel trabajo que no tenía más sentido para ella que el sueldo a final de mes.

Las bibliotecas son un espacio cargado de posibilidades. Miles de libros de todo tipo están ahí, esperando salir de la estantería para pasar unas estupendas vacaciones contigo.

Un buen escritor ha de ser un mejor lector. Un lector ávido y analítico que desmenuza cada palabra. Todo lo escrito enseña. Quizás lo que has de hacer y, quizás también lo que no quieres hacer. Pero te aseguro que todos enseñan.

En estos momentos en los que todo es susceptible de contaminación, eBiblio, la biblioteca virtual de el Ministerio de Cultura a la que se adquieren las Comunidades Autónomas, es una magnífica herramienta en manos de quien quiera disfrutarla.

Es cierto que muchos de nosotros nos aferramos al libro en papel, pero también es cierto que somos fruto de la adaptación y, nunca es tarde si la dicha es buena.

Os aseguro que la dicha de esta biblioteca infinita a tu alcance es un buen aliciente para un paso en nuestro proceso evolutivo.

¡Feliz libro!

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