Circunstancias

Es sabido que la vida puede cambiar en un momento. Basta un solo segundo para que debido a uno de esos juegos malabares del azar, lo blanco se torne negro y lo dulce en amargo. Pero no todos los cambios son fruto de un suceso inesperado, de un accidente que pone patas arriba nuestra salud, nuestro trabajo, nuestra economía o nuestras emociones. No todos los vuelcos que sufre nuestra existencia son fruto del relámpago, de la intolerable frustración de un instante que nos arrebata y nos conduce a una decisión irracional. Muchas otras veces, la chispa lleva prendiendo la estopa en nuestro interior desde hace mucho tiempo, racional y cabalmente, y basta un último soplo, un viento favorable, para que se desencadene el incendio sin que ni nuestra voluntad, ni nuestra consciencia tengan participación activa. Así, las peripecias vitales de las personas se deslizan premiosamente por una pendiente ligera, pero constante, que nosotros mismos hemos construido mucho tiempo atrás. Un inopinado encuentro hace años, una decisión antigua o un pensamiento recurrente, van calando en nuestro interior y nos conducen por un sorprendente camino que jamás habríamos pensado tomar. Y son las circunstancias que en un momento concreto nos determinan y nos definen, las que permiten que aflore aquello que estaba dormido y se apodere del timón de nuestro destino. Al fin y al cabo, ¿no somos fruto de las decisiones que hemos tomado, de nuestras propias ideas, de nuestra educación y de nuestras vivencias? ¿No es el universo esencialmente circunstancial?

Quizás estas “circunstancias” no sean sino un artificio, una excusa, la coartada para imaginar historias ficticias que quizás fueron reales en alguna otra época o en otro mundo. Al fin y al cabo, ¿no es el deber de un cuentista el imaginar realidades alternativas, situaciones singulares que permitan entretener a sus lectores? Seguramente estas circunstancias no sean sino eso, una ficción, un entretenimiento inocente.

12,00€