Diario de un caracol que sabía leer
Alicia G. GarcíaBuenos días, o buenas tardes, o buenas noches, depende de la hora en la que vayas a leer mi diario, el diario de un caracol. Has leído bien, soy un caracol, con mi concha, mis tentáculos y también mis babas; al no tener pies, las necesito para moverme.
Si abres este libro descubrirás cómo me convertí en profesor y nada menos que de humanos, gracias a una niña llamada Marta.
Acompáñame y te contaré mi historia.
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