Obsesiones

Quizás todo aquel que escribe siempre termina escribiendo la misma historia y dando vueltas a la misma idea. Y si una misma idea recurrente es una obsesión, las dos proposiciones están planteadas y el silogismo acaso resuelto: todo el que escribe tiene una obsesión, un pensamiento que atraviesa la barrera del subconsciente y aparece a uno y otro lado de la realidad, independientemente de la voluntad del interesado. Tal vez la palabra obsesión, con sus connotaciones psiquiátricas, sea un poco exagerada, y sería más adecuado hablar de obcecación, interés, motivación, o empeño. No obstante, no deja de ser cierto que en este volumen muchos de los relatos giran alrededor del mismo eje, son tributarios de la misma idea, que sube a la superficie de la consciencia del mismo modo que las burbujas de aire liberadas en el océano buscan el horizonte.

Quizás estas historias solamente sean la parte aflorada de una naturaleza oculta, quizás sean tan solo una impostura, al fin y al cabo, ¿qué es un cuentista sino alguien que inventa realidades alternativas?, o quizás sean tan solo un entretenimiento. Sí, eso serán, un simple entretenimiento.

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