Dos obligaciones de un autor con sus lectores.

 

Son muchas las obligaciones a las que, como autora o autor, te enfrentas a la hora de escribir un libro. Obviamos el que esté bien redactado, sin faltas de ortografía (¡por supuesto!) y que, además sea entretenido.

En esta entrada a nuestro blog queremos hablarte de dos obligaciones que, quizás por obvias se nos pueden pasar por alto.

En un primer momento, como autores, cuando escribís vuestra novela habéis de ser conscientes de que todo ha de estar en vuestra cabeza.

En el proceso de escritura, se ha de entrar tanto en la narración y en el personaje que, hay que excitarse en una escena de amor y, si el personaje se ha tomado un café y entraba un rayo de sol que le ha resultado reconfortante, tendremos que sentirlo en nuestro propio cuerpo.

El problema viene cuando hemos de afrontar la segunda obligación, puesto que, de alguna forma son contradictorias.

Aunque como escritoras tengáis en vuestra cabeza todos y cada uno de los entresijos de la trama y los intereses más ocultos que mueven a vuestros personajes, es fundamental llevar a cabo un proceso de reducción y de descarte que os permita contar lo que realmente es necesario. La esencia que permitirá al lector entrar en la novela y dejarse llevar por la narración.

En una película son muchas las horas de grabación y, sin embargo, es en la sala de montaje en donde realmente nace la película que luego veremos como espectadores.

Es difícil, pero nada es imposible y, menos para ti que tienes la suerte de construir historias en tu cabeza. El proceso de plasmarlas en el papel es cuestión de técnica y de encontrar la editora adecuada que te ayude con los procesos que ultimen una novela perfecta. ¡Ánimo!

 

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